martes, 8 de junio de 2010

Donde duerme el horror: Por Estíbaliz Solís

Por Estíbaliz Solís Carvajal
Productora, filóloga, actriz

El atrevimiento de exhibir una obra de tal naturaleza, construida con una amplitud de criterios que por momentos se encuentran y por momentos se contradicen, es admirable. Es admirable en un cine incipiente, acostumbrado a las complacencias y a la autoidentificación en los lugares comunes. Más allá de que “Donde duerme el horror” sea una buena o mala película, es una película que demuestra que para construir una industria cinematográfica es necesario diversificar. Diversificar temas, estéticas, conceptos, para que la cartelera costarricense pueda ofrecer productos para todos los gustos; no solamente los temas que los patrocinadores culturales opinan justos para el contexto latinoamericano y no solamente las estéticas que ya han sido probadas en nuestro panorama costarricense.

El punto aquí está en el entretenimiento; el fin último de una película de este tipo: si logra entretener, la película funciona. De la misma forma las actuaciones. En general, las actuaciones son adecuadas y coherentes con la película; algunas incluso excelentes. No es lo mismo para una actriz valorar que tu personaje es “una madre que perdió a su hijo” a valorar que “es una madre que tras perder a su hijo, lo ve regresar desde la muerte”. Son personajes enfrentados no sólo a situaciones extremas, sino enloquecedoras y fuera de todo parámetro de comparación. El sí mágico stanislavskiano se pone a prueba y resulta necesario un actor o actriz inteligente de la mano de un director claro de su propuesta para lograr una actuación que se sostenga y desarrolle en el marco del mundo interior de la película.

La organicidad no reside en la “naturalidad” que ha buscado el cine costarricense poniendo modelos o “no actores” incapaces de componer un personaje más allá de ellos mismos por falta de oficio; la organicidad reside en exhalación por parte del cuerpo del actor de su comprensión de un personaje en su ser complejo, de una estética correspondiente al universo de la película y de las condiciones de producción que tiene para lograrlo. Es una tarea compleja, por eso hay actores que estudian y trabajan para crear; y en el marco de un cine costarricense en desarrollo, los creadores deberían creer más en el trabajo del actor y entender su naturaleza y sus especificidades; así como su evolución y crecimiento.

“Donde duerme el horror” muestra actuaciones sinceras y comprometidas con la película, como las de María Orozco y Michael Dionisio. Para mí, la película merece ser entendida y apreciada desde ella misma y lo que representa; esa valoración podría abrirnos las puertas de muchas películas más, de este género y de otros, diversos, universales y únicos a la vez en su especificidad de generar productos costarricenses.

5 comentarios:

Antonio Chamu dijo...

Pero...al final no dijiste si te gustó o no.

Saludos.

Arturo Pardo dijo...

Si mi nombre hubiera aparecido en la película yo también estaría urgido por tratar de limpiarlo un poco, pero bueno, ese no es el caso, pues hablo como un mortal más del público.

Pobre Stanislavski, pero es que sin una buena dirección de actores no hay para dónde ¿o sí? Es cierto eso que se dice por acá que las actuaciones están acorde a la película; personalmente no tomaría eso como un alivio. Si las actuaciones están bien para el nivel de la película pues yo le echaría la culpa a la falta de dirección, una buena o excelente actuación en Donde duerme el horror no hubiera estado acorde con la calidad del material, simplemente no cabía.

Por otra parte leí que si uno se levantaba a media película no tenía derecho a criticarla y que si se quedaba sentado los 90 minutos entonces quería decir que la había disfrutado, sin embargo yo me quedé sentado los 90 minutos porque me invitaron al cine y qué falta de respeto haberme ido antes de que terminara pero vaya cómo sufrí en la sala y no por miedo, si no por estrés.

Creo que la lección acá para la gente que haya participado es ser un poco más selectivo, no sé qué decía el guión, pero si la película es un fiel reflejo de lo que veía en el papel entonces qué mal tino haber aceptado participar.

estíbaliz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
estíbaliz dijo...

Chamu: La película me gustó, me parece un producto importante dentro de nuestro contexto.
Arturo: Las actuaciones me parecen buenas, sinceramente. No hay ninguna necesidad más allá en mi comentario; he trabajado como directora de actores y desde ahí he presenciado todo tipo de actuaciones, estas, para mí son convincentes; en especial la de los actores que referí.
Gracias a los dos por sus comentarios

Missubcmte Camilo Rodriguez dijo...

Entretener...
A mucho joven tico hay que patearle el banquillo de festival universitario y recordarle que se ha sentado en un sillón de cine, que cuando huele a palomitas se apaga el cigarro, no se frunce el seño y se acepta que al lado cualquier mae se pierda en la blusa de su novia la película entera. Aunque para muchos de nosotros, situarse culturalmente exige una apropiación de los medios (video, cine...) que no pasa por la construcción genérica (siempre especular) sino al contrario por su deconstrucción, entiendo que una película de género, nacional o no, debe juzgarse como tal. Me permito una desviación que ilustre la idea: por ser nacional nadie le recrimina a Teletica Deportes (toda una institución nacional en la construcción del futbol como espectáculo) usar en sus transmisiones los “lugares comunes” propios del género que le permitan acercar las mejengas de los estadios provinciales a las transmisiones casi hiperreales de las ligas internacionales.